Ojo con la situación fiscal: Chile fue deudor neto por tercer año consecutivo en 2018
Deuda total del Fisco chileno, descontados los activos financieros, alcanzó el 5,7% del PIB el año pasado, su nivel más alto desde 2003. Expertos ven que el deterioro continuará este año.
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La situación del Fisco chileno es compleja. Al margen de que el año pasado la economía local logró dejar atrás cuatro años de crecimientos por debajo del 2% (se expandió 4%) y el déficit fiscal logró contenerse a una cifra bajo el 2% del PIB, los ejercicios previos y que se caracterizaron por caídas del precio del cobre, baja actividad económica y sobre gasto en el sector público dejaron su huella.
Una de las principales es que el año pasado el Fisco chileno cerró por tercer período consecutivo como deudor neto. O sea, que el nivel de sus deudas es superior al valor de sus activos. Según un informe de la Dirección de Presupuestos (Dipres), el endeudamiento neto del Fisco ascendió el año pasado a 5,7% del Producto, un incremento de 1,3 puntos porcentuales respecto al 2017. Esto equivale a más de US$ 16.000 millones de endeudamiento total.
La deuda neta resulta de restarle a los activos del Tesoro Público -como los fondos soberanos y otras reservas e inversiones en moneda extranjera- el nivel del endeudamiento bruto del Fisco.
A diciembre del año pasado, la deuda bruta del Gobierno Central alcanzó su nivel más alto desde 1993, al cerrar el ejercicio representando el 25,6% del PIB, totalizando US$ 70.247 millones. Esto implica casi diez veces el nivel de acreencias que el sector público informaba al cierre de 2008 (US$ 7.335 millones). Esta categoría considera las emisiones de deuda que coloca el Fisco en el mercado local e internacional para financiar el gasto público.
Por otra parte, los activos del Tesoro Público representaron en 2018 el equivalente al 19,9% del tamaño de la economía (US$ 57.216 millones). Eso sí, dicha cifra implica un avance de 0,7 punto porcentual respecto al cierre del ejercicio previo.
El nivel de endeudamiento neto del sector público es el más alto desde por lo menos el 2003.
El indicador había exhibido un nivel negativo durante el período 2005-2015. Esto significa que el valor de los activos e inversiones financieras del Estado eran mayores a su nivel de deuda. Aquello comenzó a revertirse el año 2016.
Consolidación fiscal
Las expectativas entre los analistas es que continúe el deterioro total de las cuentas fiscales, aunque recalcan que el incremento del endeudamiento total será menos que en años previos.
Este es el caso de Itaú Análisis Económico, donde prevén que en vista de un déficit fiscal efectivo que cerrará en niveles similares a los de 2018, la deuda neta suba a 6,5% del Producto: "No obstante de representar un incremento, sería una mejora respecto del año pasado cuando la deuda aumentó en más de 1% del PIB", recalcan.
"El cierre del año pasado no debería tener un impacto en la evaluación que hacen las calificadoras de riesgo, toda vez que el aumento en deuda vino acompañado de una reducción del déficit de casi 1% del PIB. Ello muestra que las autoridades están seriamente comprometidas con la consolidación fiscal necesaria para lograr volver a la meta de déficit estructural de 1% y lograr estabilizar la deuda", profundizan desde el banco de capitales brasileños.
El economista de Santander Chile, Fabián Sepúlveda, prevé una estabilización de la deuda bruta del Fisco en torno a 26% del PIB, lo que junto a un déficit efectivo de 2% del Producto resultaría en un endeudamiento neto de 6,5% del tamaño de la economía.
"Aunque el proceso de aumento de la deuda ha sido persistente desde hace al menos 10 años, los niveles de deuda son todavía bajos en perspectiva global. En particular, el endeudamiento neto del fisco está entre los más bajos, ya sea que se compare con otras economías emergentes o con países OCDE", enfatiza el experto.
El economista jefe de BCI Estudios, Sergio Lehmann, prevé que el endeudamiento total alcanzará los US$ 8.000 millones este año: "Las cifras de endeudamiento fiscal dan cuenta de un deterioro en los últimos años, producto de un gasto público que creció más allá de lo prudente. Esta mirada estuvo precisamente en las rebajas en la clasificación de riesgo de la deuda soberana chilena en 2017".
"El gobierno actual ha comprometido una convergencia gradual hacia un mayor equilibrio fiscal, lo que ha permitido ir reduciendo el déficit del sector público, que este año se situaría en -1,5% del PIB. Como consecuencia de ello, veríamos un ligero aumento adicional en la deuda pública, para estabilizarse como porcentaje del PIB hacia 2020. En consecuencia, no vemos que las clasificadoras de riesgo vayan a alterar la nota crediticia de Chile", complementa Lehmann.
La perspectiva más pesimista es la de Credicorp Capital, donde calculan que el endeudamiento total del aparato estatal alcanzará el 7,8% del PIB al cierre de este año.